Tengo que reconocer que últimamente me disperso con facilidad, y si encima es Navidad y para colmo cambio de trabajo, para qué contaros... Ocho dias sin actualizar el blog, son muchos dias (creo que es mi record, de hecho).
Antes de nada, aunque sea con retraso: ¡¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!!
Y para evitar que esto vuelva a ocurrir con el año nuevo, aprovecho para desearos un muy feliz año 2007 y que lo disfruteis como os mereceis.
Ahora un muy breve repaso a esta semana pasada:
Continúa...
- Viernes día 22 de Diciembre: último día en mi anterior trabajo: relax y suculenta comida de Despedida en la Vaca Argentina: un gran restaurante con una carne sabrosísima. Por cierto ¿os tocó la lotería? a mi tampoco... aunque deberían darnos un premio especial a la peña, que con 13 décimos (¡13!) que llevábamos, no sacáramos ni un mísero reintegro. Ya hay que ser hábil...
- Domingo 24 de Diciembre: Nochebuena, también abundante. Y cómo no, por la noche ¡¡fiestaaaaaaa!!, aunque algo mermada, debido a que me tuve que pasar toda la noche sentado por los bares, por culpa de mi desafortunada lesión. Eso sí, esa noche descubrí dos cosas importantísimas: 1 - la muleta se ha de llevar siempre en el brazo contrario a la pierna lesionada (hasta el doctor House se equivoca); y 2 - la muleta resulta muy útil para colgar los abrigos en un bar, cuando no hay percha.
- Lunes 25 de Diciembre: Navidad... y sin resaca. Esto hay que grabarlo. Despues del trajín que le dí a la pierna, el día anterior, hoy no salí. Que además, mañana empiezo en el nuevo trabajo.
- Martes 26 de Dicimebre: Comienzo mis andadas en mi nuevo trabajo como desarrollador en proyectos de seguridad informática. Como voy con una muleta, soy la comidilla de la oficina: "y que te ha pasado", "y cómo fue" "hasta cuando tienes que llevar muleta", "vaya fichaje, que nos lo traen roto", etc. Risas contenidas cuando les explico cómo ocurrió. Normal.
- Jueves 28 de Diciembre: día de los Santos Inocentes. Voy al trabajo mirando a todas partes como los camaleones, por si las moscas... y mirando como los chinos... con sospecha. Finalmente la inocentada no me la llevo yo solo. A la hora de la comida, nos acercamos a un Gambrinus en el que los camareros (algo guasones, y ya conocidos de mis compañeros) nos sirven un hermoso plato de tapones de corcho rebozados, en lugar de las croquetas, y un pedazo de cartón empanado, en lugar del escalope. Atrevido, pero brillante. Risas mil. ¿Alguna inocentada que queráis compartir con el resto?
Y eso es todo por ahora. Probablemente mañana renuncie por fin a la muleta de la discordia. Ya casi no me duele la rotura, aunque, eso sí, tengo un hematoma que da miedo. Hay que ir entrenando para estar en forma en Nochevieja.
Espero que no vuelva a tener un "lapsus" como éste.
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