Egipto es un país al que resulta difícil de clasificar dentro de nuestro esquema occidental. Si tuviera que buscar un adjetivo para definirlo, la palabra que elegiría seria "radical": radical, extremista, para lo bueno y para lo malo. Allí todo se lleva al extremo, no existe el término medio ni las ambigüedades: la grandiosidad y belleza de sus monumentos es tan tajante e implacable como la pobreza, honda y resignada, que se respira en las aldeas más descuidadas del país.
Y entre esos extremismos en el lado malo, tan perjudiciales para una sociedad que pretende atraer la atención de sus vecinos europeos, se encuentra la siempre omnipresente religión islámica, cuyas raíces han penetrado hasta los rincones más profundos del país.
Continúa...
Nunca he criticado los fundamentos de ninguna religión (de hecho soy creyente; católico para más señas), puesto que entiendo que las bases sobre las que se asientan casi todas ellas nacen de valores tan indiscutibles como el amor, el respeto, la verdad o la solidaridad. Otra cosa son las interpretaciones y lecturas, que cada cual escribe a su gusto según le conviene en cada lugar y momento: de esas hay muchas... y muy malas. Pero ya habrá ocasión de hablar de esto en otro momento.
A lo que iba. A pesar de querer aparentar un nivel de occidentalización suficiente como para atraer un turismo cada vez más mayor, en el fondo, las cosas no distan mucho de otras sociedades profundamente arraigadas en el Islam, donde las cosas han de ser como se establece por ley o por dogma, y nadie, le guste o no, puede ni debe criticarlas. Y cuando alguien lo hace, entonces sale a la luz la verdadera realidad de lo que allí se vive.
Esto viene a raíz de esta noticia que salió hace ya tiempo en los periódicos, y que a buen seguro conocéis ya (también aquí y aquí): un blogger egipcio, que escribe bajo el nick Karim Amer, se atrevió a criticar el gobierno del actual presidente egipcio Hosni Mubarak y, por extensión, a la religión islamista. Por este simple hecho, ha sido condenado a cuatro años de prisión con trabajos forzosos: tres por "atentar" contra el Islam y uno por difamación del presidente. El acusado escuchó la sentencia desde detrás de unas rejas, como si fuera un vulgar criminal a sueldo. Su blog, que aún se puede visitar, está escrito en árabe. Naturalmente, desconozco el idioma por completo, y no puedo juzgar sus palabras ni las declaraciones que hizo. Pero por lo que se puede ver en él y lo que se deduce de su autobiografía... que queréis que os diga, nadie en su sano juicio puede decir que este joven merezca la pena impuesta. Más bien todo lo contrario... ¿creéis que merece reprobación alguien que incluye el siguiente mensaje (torpemente traducido por mi) en la cabecera de su página?:
En memoria de Christoph Probst, Hans Scholl, Sophie Scholl, decapitados el 22 de Febrero de 1943, por osar decir NO a Hitler y SI a la libertad y justicia para todos.
O este otro que aparece en su perfil de Google:
Nuestra meta principal es defender los derechos de las mujeres árabes y musulmanes contra toda forma de discriminación y detener los crímenes violentos cometidos diariamente en estos países.
Yo no creo que merezca más condena que la admiración y el apoyo de todos nosotros, puesto que en sus ideas no encuentro nada más que sensatez y un gran valor para no dejarse callar por quienes ahora le acusan. Si realmente queréis servir de apoyo, existe esta página donde recogen firmas para su liberación.
Esa es la mayor desgracia de un país: que se permita que una mala interpretación de la religión, que en teoría debe unir a las personas y no separarlas, sirva como arma a un gobierno para barrer cual polvo miserable, la libertad de expresión y los derechos de sus ciudadanos.
La noticia fue previa a mi viaje a Egipto pero, supongo que afortunadamente, no la leí hasta hace unos días. Si hubiera ocurrido al revés, probablemente hubiera influido de forma negativa en mi visión de un país al que, a pesar de cosas como esta, sigo admirando.
Sitio : El blog de Karim
Firmas : Release Abdelkareem Soliman
---
Technorati Tags: Blogger, Condena, Egipto, Libertad de Expresión