Estos gilipollas (que no merecen otro nombre) son el resultado de unas leyes educativas orientadas a hacer imbéciles junto con unos padres que no les han inculcado interés en nada que no sea el tomate.
Carne de cañón para sectas, sindicatos y peñas de equipos de fútbol.
1 comentarios:
Estos gilipollas (que no merecen otro nombre) son el resultado de unas leyes educativas orientadas a hacer imbéciles junto con unos padres que no les han inculcado interés en nada que no sea el tomate.
Carne de cañón para sectas, sindicatos y peñas de equipos de fútbol.
Anda y que les jodan.
Y lo peor es que son los funcionarios del futuro.
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