--------------------------------------------------------
"Uno puede enfadarse y patalear; uno puede maldecir, decir palabrotas y blasfemar...
Pero al final, tiene que resignarse. "
Benjamin Button
-------------------------------------------------------
Hay muchas historias que hablan de la vida, del destino, de la dureza del paso del tiempo, del dolor de las oportunidades perdidas o de lo efímero los logros conseguidos. Seguro que cualquiera de nosotros puede recordar muchas de esas historias fabulosas que nos hablan de su filosofía de vida, que nos intentan transmitir una moraleja final impactante, generalmente con un mensaje lleno de optimismo.
Pero esta película es diferente. El Curioso caso de Benjamin Button también habla de todo esto, por supuesto... del tiempo que se nos va, de aceptar nuestras limitaciones, de vivir la vida como viene en lugar de protestar... Pero cada cual, muy probablemente, saldrá de esta película con una moraleja diferente. Porque en el fondo, esta película no intenta transmitir un mensaje único y universal. Al contrario, opta por un mecanismo mucho más sencillo: contar situaciones, pensamientos, actos, fotografías... momentos que van pasando en la vida, y que cada uno asume y entiende como le va en su propia realidad. El mensaje y la moraleja final... es tarea nuestra.
El Curioso caso de Benjamin Button está basado en un cuento originalmente escrito por F. Scott Fitzgerald en los años 20 del siglo pasado. La historia trata de un personaje, Benjamin (Brad Pitt) con una peculiaridad que le hace especial: nace con los achaques de un anciano de 90 años, con cataratas, artrosis, y la piel como un arcodeón. Pero a medida que pasa el tiempo, va rejuveneciendo y recuperando su vigorosidad. Su vida transcurre al contrario que la del resto del mundo: ve como su gente va envejeciendo poco a poco, como se van yendo su familia, sus amigos, sus conocidos... mientras él es cada vez más joven y más fuerte. Durante su periplo vital conoce a Daisy (Cate Blanchett) una dulce jovencita, de su misma edad real, con la que llegará a cruzarse de nuevo en el momento adecuado, cuando ambos aparentan físicamente la misma madurez. Ambos se enamoran entonces perdidamente y mantienen una hermosa relación, a pesar de que saben que los caminos que han de seguir son totalmente incompatibles. Esto le hace sentirse feliz, pero extrañamente sólo y perdido a la vez. Y es que Benjamin, a pesar de su don, no es diferente de cualquiera de nosotros: él también quisiera poder detener el tiempo.
La película dura aproximadamente dos horas y media, pero en ningún momento se hace larga ni pesada. El hilo argumental es perfecto, y el ritmo, si bien no es trepidante, no decae en ningún tramo de la misma. Tiene las dosis justas de drama para poner un pequeño nudo en la garganta, las dosis justas de humor para desdramatizar en los momentos clave y las dosis justas de romanticismo para no empalagar. En fin, los ingredientes adecuados y en su justa medida para hacer un guiso perfecto.
Está nominada a 13 Oscars, entre los que se encuentra el de mejor actor principal. La verdad es que Brad Pitt nunca ha sido un actor de mi devoción. No me suele gustar como actúa en sus películas, aunque imagino que es cuestión de gustos. Pero he de reconocer que en esta película se sale. En general, me parece que actúa mejor de anciano que de joven... preveo que dentro de unas décadas será un actorazo :D. Mención aparte merecen los extraordinarios efectos visuales -categoría por la que también está nominada- que permiten que veamos a un Brad Pitt perfectamente envejecido e incluso menguado, o a una adolescente y preciosa Cate Blanchett con apenas 20 añitos de edad y la piel lisa como la seda. La tecnología, perfectamente camuflada, al servicio de una historia conmovedora.
Os recomiendo que vayáis a verla cuanto antes: No se si merecerá los 13 Oscars para los que es candidata, pero estoy seguro de que no os defraudará.
--