Hace casi una semana que he visto esta película, que será sin duda una de las más taquilleras de la historia, y aún sigo sorprendido... impresionado, diría yo, por el espectacular despliegue visual y la puesta en escena que ha conseguido crear el director James Cameron, en un nuevo alarde de fuerza y poderío cinematográfico.
Sin tener una historia excesivamente original, ni un guión brillante, la fuerza de Avatar reside, como no podía ser de otra forma, en sus espectaculares efectos especiales. Efectos que se ven multiplicados por mil cuando estás disfrutando de la versión en tres dimensiones, y que te hacen sentirte como un invitado más en la película.
Desde luego James Cameron tenía las ideas muy claras sobre cómo había que narrar esta historia y sobre el efecto que quería lograr en el público. No exageraba cuando hace 15 años, con la idea tomando forma en su mente, decidió esperar hasta que existiera la "tecnología adecuada" para recrear el maravilloso mundo de Pandora. Y fue la mejor decisión. Lo mejor de todo es que, ahora que ya existe, no abusa de ella. La aprovecha en su justa medida, sin excesos ni ostentaciones, para dar esa sensación de profundidad necesaria para envolver al espectador en una realidad espectacular.
En cuanto a la historia en sí, ya digo que no es la más original del mundo, y podréis leer en varios sitios la cantidad de influencias y coincidencias con otras películas como Pocahontas, Bailando con Lobos, Star Wars, etc... Pero creo que eso no le hace justicia, y sería de bobos quedarse en la simple definición de Avatar como una mezcla de otras películas. No es así.
No os contaré nada de la historia. Lo cierto es que escrita aquí os parecería mucho menos creíble. Es preferible que vosotros mismos la vayáis descubriendo poco a poco, porque a pesar de ser en cierto modo previsible, te enganchará con una facilidad pasmosa y poco importará a qué otras historias se parezca, porque aún así será diferente y única.
Lo dicho: no esperéis más para ir a verla. Reservad cuanto antes vuestra entrada. Y si es posible, en su versión 3D, aunque sea más cara: no os arrepentiréis. Al principio reconozco que marea un poco, pero luego te acostumbras enseguida y ni te acuerdas de que llevas una gafas puestas. Después, acomodaos bien en vuestro asiento, olvidaos de las palomitas y demás distracciones... y disfrutad.
Bienvenidos a Pandora...
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